Recolectores de experiencia

…No somos para el absoluto distintos del pájaro que para volar, hacer nidos, piar y picotear ha surgido. Experiencias le recoge cada consciencia particular, y que aquél disfruta en cada momento y en cada lugar a través de estos vehículos, pues la vida aquí y ahora no es sino el éxtasis de sí mismo. Su “felicidad”, que consiste en el gozo de sí, es lo que importa no la nuestra, y la destrucción tanto como la creación es su deleite, el bien así como el mal, pues este absoluto es incondicional, no se niega ningún tipo de experiencia, de donde se sigue porqué es que a través de sus conciencias se somete él mismo a todo tipo de pruebas, pues se trata de un experimento suyo en el que está dispuesto a comprometerse todo, solo para jactarse en su indestructibilidad, en su alegría de ser. ¿A qué venimos pues los hombres a la tierra? A darle al absoluto nuestras experiencias, pues somos recolectores de existencia, y lo que él ha sembrado nosotros lo tenemos que disfrutar, pues somos algo así como los órganos de sus sentidos. No hay desviación alguna, siendo lo que somos, haciendo lo que hacemos, como los pájaros, cantamos al Señor…

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