Filósofo danzarín

…Y no veo necesidad alguna, propósito, ni razón en el vacío primigenio de realizar nada de cuanto hace de manera espontánea, ¡qué seriedad!; su sueño más bien es puro entretenimiento (lyla), puro gozo extático pues así vacío como él es está completo. Es la inocencia de un niño jugando absurdamente, caoticamente, a los dados no al diseño ambicioso meticulosamente ordenado en su despliegue por reglas determinísticas, impuestas autoritariamente por un dios racional (loco) con un “plan”, presa como nosotros los hombres de necesidades neuróticas tras fantasías metafísicas teleológicas y aspiraciones a sistema o “teorías del todo”, cuando menos en filosofía después de Hegel pasadas de tiempo. La existencia no tiene sentido ni significado, ni concepto que como un eje la vertebre o la dirija, es como el movimiento del sable que se ha dado sin mente, libre expresión sin más motivo que ser. Ni porqué ni para qué ni cómo le hallarás, a lo que sólo es para ser amado no entendido. Sean estas las palabras del filósofo danzarín…

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