El sentido de lo impersonal

…”Mi” vida es del daimon, la pregunta por su sentido ya no se formula aquí, siendo esto que sucede a cada momento, lo que sea y como sea, ya todo el sentido mismo. Lo que sea que se vive nunca se trata de quien vive, de “mi”. Un sentido de lo impersonal, fruto de los accidentes en la propia trama dramática existencial, no que alguien pueda deliberadamente despertarlo, permite vislumbrar que cada vida no tiene su epicentro en sí misma por auto-referencial que sea la conciencia egoica, sino que, más bien, ella es una porción solamente en el ‘opus mágnum’ de la naturaleza, una que “yo” no entiendo ni tengo porqué entender, pues no estoy aquí para resolver su misterio sino para participar, y mi felicidad o infelicidad, no tiene la menor importancia, pues esto, lo que sea que ocurre, no es un plan para “mi”.

Podría morir, ahora mismo, pero en cuanto sigo respirando es porque no termina aún esta función de la totalidad vía este su vehículo. Pero esta labor de uno, que no es de uno, pudiera ser poco especial, intrascendente según nuestra óptica ‘humana, demasiado humana’, una función muy distinta de la que uno mismo quisera atribuirse, este papelón que asumimos imaginariamente como protagonistas de una historia relevante, llena de significado. Como todo el mundo, no sé realmente para qué estoy aquí, tal vez sea para lavar estos platos una vez más con Ajax y arruinar un crecimiento de bacterias; lo único que llegamos a saber, quizás, es que se realiza algo desconocido a través nuestro, y eso debiera bastarnos, pues somos solo sirvientes, o, menos que eso, pues no lo realizamos ni hay tal “nosotros”…

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